Cuando se desdibuja el ser, extrayéndose así sus
rasgos terrenos, sólo queda la primogénita esencia.
Aquella que reboza de la inocencia que envidian
los negativos.
Ella, que no fue aún fecundada, corromperla
quieren las huestes impávidas.
Así, desnuda y frágil, es blanco de numerosas
cargas opuestas que buscan atraerla a la oscuridad.
Pero no… aquella energía negativa ha surgido del
frenesí y la desquicia del ser opuesto y por ello, no comprende… “qué a pesar
de su fracasado intento de a la esencia despolarizar, ésta emergió de la luz
misma que alguna vez, también fue oscuridad”.
EQUILIBRIO GRIS