miércoles, 20 de noviembre de 2013

El tiempo en el ser

El frenesí del tiempo aplaca al ser inestable y lo deja en una inercia la cual lo maneja a su antojo. El paso es circular como las agujas del reloj, pero éste se hace eterno al no saber el camino a seguir. El ser enceguecido se obnubila y la paranoia persecuta que genera el cambio constante y desbalanceado, lo lleva a desquiciarse y perderse en la marea oscura de la mente...


lunes, 28 de octubre de 2013

Los Extremos Alquímicos



Mi fuego secreto no puede arder
si en mi espacio me absorben el aire.
El agua que poseo no basta para lavar
la tierra que ellos poseen, la sal que les cauteriza las heridas.

Heridas de una vida terrena que yo aborrezco.
Mi Azufre y Mercurio sublimarán en aquella oscura soledad
que labrando elementos me dará mi Sal.

Aún sin suerte pretenden hacerme mermar mi idea
de que no pertenezco a este lugar.
Los astrales en conjunción espejan mi verdad
y arman mi rostro en el recuerdo estelar.


¿Cuál es el sentido de esta Tierra letal? ¿Acaso no ven que siempre el polvo terminan por tragar?

La oscuridad del inframundo que subyace en la materia,
por momentos, pretende mi luz apagar cuando ni siquiera el Sol y la Luna logran congeniar.


Aunque el deseo creciente parezca menguar, éste se hace nuevo para volverse a llenar..
Sin esta conjunción, la luz por sí sola no podría brillar ante la oscuridad
Y el Espacio - Tiempo perdería la dimensión de la interior Verdad Universal....

martes, 27 de agosto de 2013

Big Bang Planetario



Ya no tienes acceso a este alto astral.
El interrogante está resuelto,
no fue de nuestro agrado el enigma.

A pesar de ello, aún intentas acceder a este cielo.
Escucho tu voz en mi mente como si enviases
un grito de auxilio.

No acudiré a tu socorro, tu fuego ya no enciende mi Sol,
ni Júpiter está de tu lado; has traicionado su ideal.
En cambio, Saturno una vez más es mi maestro.
Mi espacio se rige en su órbita, su tiempo es
mi tiempo y en ellos no está tu ingenio.

Abusaste de la guerra que Marte libraba como guerrero
y mansillaste el nombre de Venus con la frialdad
de tu alma. 
Frialdad que en mi astral no pudiste soportar cuando Saturno de su anillo te tuvo que soltar.

¿Qué deparará a tu ser en la nueva travesía? ¿Será que la esencia venusina jamás estuvo presente por tu orgullo mercurial?

Sin embargo, Mercurio en mí al ver tu orgullo, me comunicó la verdad velozmente.

Ya no me importa si logras ver la cara invisible de la Luna;  descúbrela en tu propia soledad aunque te aflija.


Acepto mi soledad como mi entorno propicio de germinación y el silencio es mi mejor aliado para una vez más, arremeter solo mi camino. Soy El Hombre Planetario y hoy renazco conociendo mi destino...

lunes, 18 de marzo de 2013

Planetas e Interrogantes en su Astral propio.





La soledad, naturaleza del Hombre Planetario,
le hizo entender que el amor por sí mismo había llegado
al puerto deseado.

Presintió que era el momento de que el Sol ardiera
y de compartir su mundo interno, de conocer otro mundo.
Sintió que las bellezas del Universo
no debían apreciarse solo.
No ahora que su corazonada lo estaba llevando hacia un puerto.

Meditando y en los astrales,
parecía no dar con el paradero de esta mujer.
Ya era un interrogante el saber dónde podría estar.

En el momento propicio, su corazonada se reveló.
Encontró a una mujer que parecía inexistente en el plano físico
pero que su esencia espiritual gobernaba su totalidad junto con su alma.

Vio los colores de su aura y quedo perplejo ante tal belleza, el arcoíris que describía El Hombre Planetario ahora se veía completo junto con La Mujer del Interrogante.

Esa mujer que lo acompañaba en sueños mirándolo, riendo, pero sin decir una sola palabra.

Palabras que él ansiaba para que al cantarlas juntos, pudieran brillar las estrellas.

Él comenzó a sentir calor, a quemarse ciertamente por la cercanía que la Mujer con su fuego tenía al Sol.

El fuego de la Mujer, aún incombustible, necesitaba de un elemento para vivir.
El Hombre Planetario sopló su aire avivando al fuego
y La Mujer del Interrogante se materializó.

Inexplicable sensasión logró sentir, al mirarla a sus ojos.

Al darse cuenta de que la realidad no difería del sueño,

que el astral que los unía, era un mundo que se estaba creando para ellos.

Mundo que terminó de enlazarse al momento que se tomaron sus manos.

Manos que se conectaron como un cinturón de asteroides que viajan juntos.
Que permanecen sin gravedad volando juntos, sin temor a estrellarse.
Energía transmitida en conjunto con el deseo mutuo del conocimiento.

Conocimiento que los transportó a una nebulosa,
la cual simuló ser su asiento en este viaje.
Y allí, habiendo construido un camino propio y digno de transitar juntos,
su mutua alineación, ocurrió.

Saturno se puso en su favor, haciendo que el tiempo vaya lento hasta detenerse por completo
y abrazándolos en su anillo.
Estando juntos, las palabras de Júpiter tuvieron el exacto sentido majestuoso de sus justas palabras
más que ninguna otra vez.
La Luna no nos dejó solos ninguna noche, porque sabía que el agua haría fluir en su torrente las emociones.
El Sol al fin encontró el brillo, brillo conjunto que se reunía de los dos polos de ellos dos.
Entrando en conjunción con Marte y Venus, que ahora unidos, la voz del  guerrero y  la doncella del amor, armaron la frase final de esta alineación:

“La lucha del  sentimiento demanda a veces sufrimiento. El guerrero les dará la fuerza para combatir en las tinieblas, porque la doncella en conjunto con su arte, les contendrá la luz que generó su amor”

martes, 29 de enero de 2013

Tránsito Saturno-temporal



Saturno me dio una lección
al orbitar su tránsito.
El gran maestro mostraba las cosas
como eran y aceleraba las que estaban prontas a llegar
sin posibilidad alguna de reprocharle algo.


Su control del flujo del tiempo hacía que cualquiera
pierda el equilibrio en la línea temporal.
La noción se pierde, los sentidos se confunden
y la dirección hacia el objetivo se llena de obstáculos para uno,
que no terminan siendo más que uno mismo viendo mal las exigencias que demandan
el fin al que uno pretende llegar.

Él tiene como reflejo el acto inhumano de querer comerse al hijo.
Al no lograrlo, lo pone en una situación de inercia momentánea
que al ser lo deja estático cuando es sólo un momento de reflexión
mayor al que se puede tomar el ser ordinario y para el cual no está preparado.


El hombre con cierto grado mayor de elevada conciencia,
comprende que el tránsito saturnino tiene sus pro y sus contras.
Que la apertura del tiempo saturnino, depende únicamente
de la apertura de su propio ser.

El Hombre Planetario comprende el hecho de que no pasa inadvertido ante Saturno.
Como el maestro de clases exige en mayor medida al alumno más aplicado,
en contrapartida a lo que generalmente pasa con los alumnos menos aplicados.
El alumno menos aplicado ya tendrá el problema del desentendimiento de la enseñanza.

Se puede sentir herido al pensar que con su hoz cegadora, nos descubre el velo y lastima los ojos por la luz,
desviándonos del camino por no entender el fin del maestro.
Pero si se acerca lentamente a él y se permite que se corte sólo el velo, la luz no nos lastimará los ojos.

"Y así, el hombre vulgar y falto de fé, quedará preso del espacio-tiempo propuesto por Saturno
al no dejarse llevar por su corriente estando enceguecido por la luz al cortar mal el velo.
Pero el que haya sido iluminado sin consecuencia, podrá utilizar el sarcófago hexagonal
como un vehículo mismo del espacio-tiempo en el cual se dejará abrazar por Saturno
para que de esta manera...no haya tiempo, ni espacio...será "él" en la inmensidad infinita del Cosmos..."