lunes, 13 de enero de 2020

La Flor

En la antigua tradición hermética, la flor es un símbolo que representa transmutación y resurrección. Basta con ver el ciclo de su vida desde que engendra la semilla el germen divino de su creación, pasando por el estadío de echar raíces a la tierra alimentada por la fuerza de vida del agua y en condiciones de luz y oscuridad junto con la ignición solar, pueda dar lugar a lo visible que percibimos ya naciente en calidad de materia.


La Fleur-de-Lis (Flor de Lis) es, desde su intrínseca esencia la sutileza en su invisible unidad hasta su visible manifestación; la más emblemática, enigmática y sublime representación de la luz surgida dentro de la oscuridad. Es símbolo de pureza, de inocencia.


Dicha gracia nace por intercesión de la oscuridad cenagal del pantano donde habita y florece. Cumpliéndose en ella el axioma: "como es arriba, es abajo". Simboliza la trinidad elemental alquímica así como su opuesto complementario tanto desde un astral como desde el otro. Junto con el León, la Cruz y el Águila es uno de los símbolos más utilizados en el esoterismo como se lo puede encontrar en cartas navales y mapas marcando el Norte geográfico como en "La rosa de los vientos". No es de sorprender que los Scouts la tengan como símbolo de su ideal (siempre hacia arriba). Siendo que la palabra "Scout" (en español escultismo) significando "explorar" teniendo su influencia catalana en "escoltar" (escuchar).



"Aquel que escucha la palabra desde el verbo en silencio, comprende. Quien explora desde su inocencia y pureza, descubre. Comprender en el descubrir, es entender el axioma de Hermes y el ciclo eterno de muerte y resurrección. Es aproximarse al germen divino y unitario de donde todo nace y todo muere para volver a nacer. Como la flor, que luego de brotar cumpliendo el ciclo elemental, desparrama sus semillas para así retornar nuevamente al entorno vibratorio donde se separará... para volver a re-unirse."



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