“Al momento en el que la serpiente circular muerde en su ciclo de eternidad, es necesario contar con el mitridato preciso a modo de resistir el embate tóxico que el veneno espiritual emana. Ya que, de otra forma, no le sería posible al ser elevarse sin antes precipitar su caída al Nigredo como el vulgo siempre ha sabido sucumbir.
Dentro de la tierra negra, escondido está y sellado bajo siete llaves en corolarios refractivos, el ápice de luz preciso que iluminará nuevamente la materia con la que el ser ascenderá a dimensiones previamente insospechadas por la misma ingenuidad que... alguna vez... pudo condenarlo”.
Los Antiguos Nuevos Ciclos - El Hombre Planetario
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